Hace unos meses viene mi mujer, con la que estoy casado desde hace 23 años, y me cuenta con una expresión de felicidad desbordante y poco habitual en ella, que una de sus amigas, divorciada hace algún tiempo, empezó a salir con un muchacho... El diálogo que entablamos fue algo así:
- No!!!, vos no sabés -me cuenta ella- es un amor!!! me contó que tiene unos gestos maravillosos, y ella se siente taaaannnnn bieeeennnnnn!!!!
- Mirá vos, quien hubiera dicho -respondo casi sorprendido.
- Si!!! -agrega ella- y dice que es super romántico
- Epa!!, ¿un romántico en estos días?... ¿y que hace para ser taaaannnnn romántico? -pregunto yo intrigado
- Le corta la pizza!!! - me responde con la misma alegría inusual reflejada en el rostro.
Yo supuse que me estaba cargando, pero como a veces quedo desconcertado y haciendo piruetas en el aire, fui de inmediato a corroborar si me estaba haciéndo una broma o si realmente estaba hablando en serio...
- Ah! bueno!!!, si por cortar la pizza es un romántico, no sé que calificativo habría que usar para este buen muchacho si le llegara a regalar flores!!! -le tiro con ironía.
- No ves???!!! Es lo que yo digo, vos no entendés nada!!! Vos jamás vas a sabér lo que es ser romántico!!! -me decía al tiempo que se levantaba para ir a atender el teléfono que empezaba a sonar.
Durante los diecisiete minutos y medio que habló por teléfono, justamente con su amiga, las venas y arterias de mi cuello comenzaron a inflamarse, mi rostro se iba poniendo rojo como tomate perita, y mis dientes rechinaban de tan apretados conteniendo la bronca... Pero la reputisima madre -pensé entre mí- resulta que yo después de 23 años sigo siendo el primero que se levanta, el que prepara y ceba mate, por lo general cocino, levanto la mesa, lavo los platos, hago las compras, a veces hasta me plancho las remeras y los pantalones y encima cuando hago pizza, también la corto!!!... y resulta que yo no sólo que no entiendo nada sino que además ni por casualidad entraría para ella en la categoría de romántico!!!
Tuve ganas de ahorcarla, y sé que debí hacerlo... pero me contuve. Y de hecho, no quise seguir polemizando en el tema porque -como la conozco bien- sé que me iba a salir con que el secreto del romanticismo está en el “modo” de cortar la pizza o alguna pelotudez por el estilo... Al final iba a tener que terminar entendiendo que el secreto del romanticismo estaba en la forma de ingresar el filo del cuchillo en la pizza para sacarlo limpio, sin que la muzza se desparrame por los cuatro costados tipo bodegón de barrio... No, si es como me dice mi amigo Nestor Lucero: “Fabián, vos te ganaste el cielo”
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