domingo, 15 de agosto de 2010

AMAPOLA ELECTROACUSTICA





La propuesta seducía. Una de las bandas más interesantes de la escena del rock nacional presentando Amapola del 66, su flamante material tras ocho años de silencio discográfico. Después de su paso por Tilcara y el Luna Park porteño, llegaba el turno de Rosario. Quince minutos después de las 22 horas del frío sábado 24 de Julio, Ricardo Mollo, Mario Arnedo y Catriel Ciavarella subieron al escenario, ovacionados por más de cinco mil almas que colmaron la capacidad de Metropolitano para escucharlos.
El inicio vino de la mano de “Hombres en U”, seguido de “Buscando un ángel”, “Mantecoso” y “Muerto a laburar”, creando un clima sonoro potente que rompió el hielo de manera inmejorable. El orden de temas de “Amapola del 66” se rompió con la inclusión de “Par Mil”, canción que preanunciaba lo que vendría inmediatamente después. Era el turno de “Vientito del Tucumán”, poema de Atahualpa Yupanqui musicalizado por Divididos para el imprescindible “Yo tengo tantos hermanos”, un disco-homenaje en colaboración.
Entonces fue el turno de “Avanzando retroceden”, sentida canción de y por Arnedo. Definitivamente en plan acústico y telúrico, siguió una linda versión de “La flor azul”, chacarera cuya música pertenece a Mario Arnedo Gallo, padre de Diego. Acto seguido, subió a escena el grupo Los amigos de Ricardo Vilca, para acompañar al trío con bombos, guitarras y cajas bagualeras. Entre ellos, se destacaron Micaela Chauque (sikus) y Fortunato Ramos (erke). Siguió “Guanuqueando”. Con el guitarrista local Facundo Nardote en Lap Steel, hicieron “Boyar nocturno”, obligada cuota de distorsión entre tanto folclore. Llego el momento de “Senderos” y la evocativa “Jujuy”. El propio Rubén Patagonia fue de la partida para sumar su voz al reclamo por los derechos de los pueblos originarios sobre la tierra, que dio pie al clásico “Cristoforo Cacarnú”. Acto seguido, Chauque y Ramos volvieron para acompañar una original versión de “Mañana en el Abasto”, con recitado incluido.
La lista continuó con el existencialista “Caminando”, dejando lugar también para la reflexión sobre la tragedia vial de Santa Fé en “Todos”. La recta final arrancó a todo rock, con “Perro Funk”. Acto seguido, llegó el reconocimiento a Pappo, a través de un demoledor cover de “Sucio y desprolijo”, que Mollo no dudó en interrumpir cuando debajo del escenario el habitual pogo amenazó con pasar a mayores. Los clásicos continuaron, primero con “Paraguay” y después con “Rock and roll de Rasputín”. Entonces una previa alargada por Arnedo, derivó en “El 38”. Hubo tiempo para el tema que da título al disco, “Amapola del 66”, con un 'pensamiento de sanación' para Gustavo Cerati por parte de Mollo, que recibió el aplauso de la gente. El último recuerdo fue para Sumo, con “Next-Week” marcando el cierre de un show memorable, cerca de la una de la madrugada.
El mote de ‘aplanadora del rock’ hace rato que le quedó chico al trío. Conjugando letras crípticas, buenos arreglos y abrevando en géneros autóctonos inclusive, Divididos sigue fiel a sí mismo. Haciendo música de alto vuelo. Se agradece.

Mariano Sicart
Fotos de Emanuel Morelli

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